EMDR (Desensibilización y Reprocesamiento a través de Movimientos Oculares) es una novedosa e innovadora herramienta validada científicamente, que funciona principalmente acelerando el tratamiento y el proceso terapeutico en un amplio radio de psicopatologías ( TEPT, fobias, estados de ansiedad, etc.)
El base de la EMDR reside en el principio de homeostasis, según el cual, cada individuo tiende naturalmente a la salud y a un estado de bienestar natural, así pues, es capaz de sanarse a si mismo mediante sus propios recursos naturales siempre y cuando estos no se hallen bloqueados. Lo que hace esta técnica es «remover» los bloqueos, que pueden estar causados por imágenes sucesos o hechos traumáticos incurridos en la infancia, conectando de forma sensitivo-eléctrica los dos hemisferios cerebrales, el emocional sensitivo y el racional, para que emerja al consciente el trauma asociado a la emoción reprimida y así poder desintegrar la causa de angustia.
El Análisis Transaccional es una teoría de la personalidad y de las relaciones humanas que, en la actualidad, se aplica para la psicoterapia, el crecimiento y el cambio personal. Sus conceptos se expresan por medio de un vocabulario sencillo y original buscando ante todo la comprensión de los fenómenos por parte de todos (profesionales y clientes). Sus modelos de análisis son universales. Sus explicaciones son intencionadamente fáciles y próximas a las vivencias inmediatas de las personas. Basada en el análisis de los estados del yo, las transacciones, los juegos psicológicos y los guiones de vida.
Con este método se da respuesta a las personas con hechos sólidos acerca de cómo actúa la mente, por qué obramos como lo hacemos y cómo podemos dejar de obrar así si lo deseamos. Consiste en enfrentar a las personas con el hecho de que son responsables de lo que ocurra en el futuro, sea lo que fuere lo que haya ocurrido en el pasado.
Una “transacción” es la unidad de comunicación entre dos personas. El Análisis Transaccional es por tanto el estudio de las comunicaciones entre las personas. Lo hizo popular el psiquiatra americano Eric Berne, al publicar en 1964 su libro “Juegos en que participamos”.
Hay que empezar por señalar que una persona se relaciona con los demás desde tres estados distintos de su personalidad: Padre, Adulto o Niño.
Se dice que se encuentra en su PADRE cuando juzga, aprueba, felicita, critica o recrimina. Se puede hablar de Padre Nutritivo permite crecer al niño (“es lo que te conviene”) o de Padre Coercitivo impone las normas y reglas (“si no lo haces así ya sabes que te castigo”). Es el resultado de las influencias externas sobre su personalidad. Reproduce especialmente las conductas y criterios de sus progenitores en los primeros años de su vida, cuando aquellos eran todopoderosos.
Se encuentra en su ADULTO cuando se informa, estudia, reflexiona, trabaja o informa a los demás. Es la parte de la personalidad que se ha formado aprendiendo de las propias experiencias. Además, procesa objetivamente, como un ordenador, la información que recibe, calculando sus posibilidades de ser ciertas sobre la base de su anterior experiencia. Está en funcionamiento cuando se es consciente del momento presente.
Se encuentra finalmente en su NIÑO cuando ríe y cuando llora, cuando se alegra o se entristece. Existen tres formas de reaccionar: como Niño Natural Es la parte de la personalidad que se construye primero, a base de sensaciones y sentimientos. Se manifiesta con las mismas expresiones que cuando tenía tres, cinco o siete años. Se podría decir que actúa espontáneamente, como Niño Adaptado: conformista, aceptando sumiso la norma, o como Niño Rebelde, rechazándola.
Así pues el tratamiento mediante esta herramienta está especialmente indicado en el caso de problemas y conflictos en las relaciones interpersonales, sociales, de pareja, conflictos familiares, etc. y por supuesto en el cambio activo de conductas no deseadas.
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