No soy una vaca púrpura
Hace unos días presa del aburrimiento y del “olisqueo” facebusquiano me topé, o me encontró un chico muy majete que me ofrecía un podcast, o un no sé qué, gratuito para enseñarme a vender en redes; y a ello que me puse. Me hablaba de que para sobrevivir en estos tiempos de crisis había que convertirse en una vaca púrpura ¡Hostia!, que flipe! Pensé. Como el que no quiere la cosa me tragué casi tooodo el vídeo y de paso otro de un tal Tony no sé cuanto que no “quiere ser mi Gurú” pero se lo monta en plan Jesucristo milagroso por allí por las Américas. Vamos, el timo del crecepelo mágico pero ahora recubierto de un manto de “psicoterapia-instant”.
Pues sí, parece que es el mejor momento para vender la pastilla mágica, de hecho parece que una muchachita consiguió vender una sola sesión milagrosa de esta terapia por 450€. Y así vamos, Masters de 3000 euros o dólares, que duran 10 días pero que te dan una sola herramienta cura-todo y ya eres Master del Universo con licencia para… estafar?. Luces, cámara y acción.
Pero hay que hacerlo disfrazándote de vaca púrpura, claro.
Y digo yo ¿si todos nos ponemos de vaca púrpura…volvemos a ser invisibles? ¿no? Y ahí estamos como locos, desquiciados, desesperados vendiendo paz interior instantánea, ja, ja, ja vaya contradicción. ¡Yo soy más purpura! ¡No, yo más!
Hoy el día el Santo Grial es el algoritmo de Google que te permite posicionarte de los primeros. Porque entre taaaaaanta oferta y tanto brilli-brilli ¿Quién puede concentrarse en su necesidad y en buscar el “producto” o la ayuda que realmente se adapta a esta necesidad?
Este es el efecto que se provoca a muchos niveles. Yo entro en el supermercado buscando leche para desayunar y a las 2 horas me voy con el carro lleno de productos brilli-brilli de oferta y de capacidades milagrosas y ¡Coño!, la leche…¡se me ha olvidado!
En fin. No, no le compré al chico el mega Master de 3000€ que me iba a enseñar a trabajar como no sé. ¡Vaya! ¡Lo siento chaval! Si después de una licenciatura de 5 años, si, de esas de antes, de las que daban título universitario y todo, 12 ó 13 años haciendo buenos y prácticos cursos de especialización, una currada personal de órdago y casi 20 años de experiencia profesional acompañando pacientes no sé trabajar… pues ¡uf! me dedicaré a hacer paellas que me salen bastante buenas.
Esto me recuerda que yo también me dejé obnubilar por el encanto de la publicidad hace poco. Os cuento. Pretendía restaurar, limpiar un antiguo cabezal de cama de esas de bronce o cobre. La señora que me la regaló me dijo que la limpiara con algodón mágico, si, el Aladdín de toda la vida. Pues bien, lo intenté con un poco que tenía por casa, pero costaba mucho esfuerzo. Entonces me pasee por droguerías, mercadonas y leroys… y en cada uno compré el milagroso producto “rápido y efectivo” que me aseguraba un instantáneo y maravilloso éxito sin esfuerzo. ¿Qué conseguí? Pues ya os lo imagináis. Gastar el triple de lo que cuesta el bote de Aladdín, y casi me cargo el cabezal. Por supuesto después de la tirada de tiempo, esfuerzo y dinero. Me “arromangué” con paciencia y algodón mágico en mano y después de muchas horas y dedicación conseguí que brillara el metal.
No hay caminos rápidos, lo sé, los he intentado. Hay caminos efectivos, pero no, no son rápidos ni faltos de esfuerzo continuado.
No soy una vaca púrpura, ni voy a invertir esfuerzo, dinero y tiempo en serlo. Es más creo que tampoco soy ni siquiera una vaca. Yo soy yo, y mantendré mi esfuerzo en seguir centrada en seguir siendo yo y seguir ofreciendo lo mejor de mí como profesional y como persona. Y sé que generalmente la gente se fija en las vacas purpuras o eso dicen, sobre todo en la más púrpura; bueno es su camino de aprendizaje y está bien. Pero también sé que cada vez hay más personas que son conscientes de sí mismas, se dan cuenta de lo que necesitan, salen a buscarlo y no cesan hasta encontrarlo, aunque tengan que rebuscar más allá de la primera página de google.
Como decía mi abuela, tómate todo el vaso que lo bueno no es la espumita, lo bueno, lo que alimenta, está en el fondo.
Mar Reche
En el País de los Ciegos el Tuerto es el expulsado
Aunque no se mencione tanto como en entornos de trabajo o escolares, habitualmente en las familias también se dan situaciones de acoso o bullying inconscientemente por parte de algunos miembros hacia otros. Este es el verdadero motivo por el cual cada vez más gente elije pasar las navidades disfrutando de exóticas escapadas, en vez de seguir soportando el » pacífico y amoroso ambiente navideño» que se da en el entorno familiar.
A poco que observemos, podemos ver que en cada familia algún miembro detenta el rol de “cubo de la basura”, suele ser esa persona a la que solo se la solicita para contarle las penas y las quejas. También existe el rol de “chivo expiatorio” persona a la cual se le suele hacer responsable de que las relaciones no fluyan como es debido, es decir, “el culpable”. El “saco de punching”, como yo le llamo, es un rol que detentan personas con mucha capacidad de aguante o con mucho genio, hacia los cuales recaen todos los ataques; estos son imprescindibles cuando en una reunión familiar cunde el aburrimiento y la alternativa es “chinchar” al de siempre para que explote y ya tenemos entretenimiento. El rol del “objeto de burla”, ese con el que es fácil meterse “de broma”, y que cuando se rebota, enseguida se le manipula con un – todo te lo tomas a mal, que susceptible eres, que tonterías dices, que exagerad@ eres-. El rol de “pegamento”, el/la que convoca y se encarga de reunir a toda la familia y luego hacer que no salten chispas en el ambiente y todo se mantenga en calma.
Todos detentamos un rol en nuestra familia, también en el entorno de trabajo o en el grupo de amigos. A veces suele ser el mismo en todos los entornos.
Estos roles que jugamos, que nos hacen jugar, que hacemos jugar; son el entramado neurótico que mantiene las relaciones entre los miembros, en un estado donde hay cierta cercanía, la justa; pero no permite relaciones auténticas de intimidad. Se mantiene constante un estado de vacío, de desnutrición afectiva, que en su lugar es sustituido por sucedáneos y entretenimientos vacuos, en su mejor versión. Lo más patológico aparece cuando en estos encuentros se dan verdaderas situaciones de linchamiento verbal, humillaciones disfrazadas de bromas, insultos soslayados o no tan soslayados, actos crueles de vacío, o de aprovechamiento continuado; maltrato y abuso psicológico al fin y al cabo.
Lo curioso es que ha terapia suelen acudir las víctimas de estos escenarios, buscando una forma alternativa de poder permanecer sin sentir tanto dolor o sufrimiento. No quieren salir del grupo, quieren saber cómo poder estar de otra forma y sintiéndose culpables por su actitud, tal y como les han señalado el resto de participantes. Al fin y al cabo son los raros, las ovejas negras. Y sobre todo en las familias y en los trabajos “hay que aguantar”.
La biología nos ha enseñado que el que se queda fuera del clan, perece. Y muchas personas mantienen la creencia de que “si en tu familia no te quieren ¿Dónde te van a querer?”.
Habitualmente y tras una profunda toma de conciencia de los roles que se juegan, de la dinámica neurótica establecida, de las ganancias neuróticas que se establecen y de llevar a cabo la acción de “cambiar de sitio”; después de un tiempo de adaptación por parte de todo el grupo se pueden establecer relaciones más saludables para todos los miembros.
Sin embargo, por desgracia no siempre ocurre así. Hay núcleos familiares tan enfermizos que no permiten este cambio y luchan con todas sus fuerzas para que no se produzca. Y es lógico, si desaparece ese otro al que le echo toda mi mierda… ¿Qué voy a hacer con ella? ¿Quedármela? ¿Cómo voy a ser la graciosa de la fiesta si desaparece mi objeto de burla? Quizás tendré que elaborar otro rol por el cual me presten atención, incluso lo mismo tengo que aprender a soltar la necesidad infantil de que los demás me tengan que prestar tanta atención ¡Qué horror! No, no, no mejor dejamos las cosas como están.
Y es que alrededor de estos roles se establecen las relaciones de los miembros.
En el peor de los casos, cuando ya se ha intentado todo, el miembro acosado decide salir del grupo o clan; no sin llevarse las acusaciones y los machaques pertinentes. Pero es la última y a veces la única salida y debe decidir: Os quiero pero no puedo más y me voy para cuidar de mi mism@.
Tras los primeros momentos saboreados como una mezcla de libertad, soledad, vacío, impotencia, hastío y traición; la persona comienza generalmente a encontrarse con “otras ovejas negras solitarias” y por fin comprende la realidad.
Que en una sociedad terriblemente neurótica como la nuestra, el expulsado suele ser el más sano, el que tiene más conciencia, al que mandan al psicólogo porque no está bien de la cabeza. Parafraseando el refrán: “en el país de los ciegos, el tuerto es el rey”… yo me permito cambiarlo para adaptarlo a la realidad. EN EL PAÍS DE LOS CIEGOS EL TUERTO ES EL EXPULSADO.
Mar Reche.
Psicóloga y Terapeuta Gestalt
Acupuntura y Cáncer
La acupuntura es una técnica milenaria que forma parte de la Medicina Tradicional China y que lleva utilizándose desde hace más de tres mil años con resultados impresionantes. En la actualidad, la Organización Mundial de la Salud (OMS) reconoce esta práctica para el manejo integral del dolor y de otras condiciones clínicas. Su aplicación para el manejo del dolor crónico y refractario a los tratamientos convencionales es considerada como una terapia útil, segura, efectiva y placentera no sólo para el manejo del dolor, sino también para disminuir los efectos adversos producidos por los tratamientos oncológicos. En los últimos 15 años, el National Institutes of Health junto con el National Center for Complementary and Integrative Health han realizado múltiples estudios científicos, logrando identificar muchos de los mecanismos neurológicos por los cuales la acupuntura logra su efecto terapéutico.
En la actualidad la Medicina Tradicional China forma parte de la oferta académica de muchas universidades, hospitales e instituciones dedicadas a la educación médica, con el fin de ampliar el manejo integral del paciente, abarcando su enfermedad desde el contexto integral del ser y permitiendo que la evidencia determine su aplicación clínica. Lo que va quedando cada vez más patente es que la acupuntura aplicada en combinación y complementariedad a la Medicina Tradicional Occidental, consiguen realizar un tratamiento cada vez más efectivo en el tratamiento y posterior recuperación de muchos tumores cancerígenos.
La acupuntura se puede utilizar en todas las fases del tratamiento del enfermo de cáncer, evitando algunos de los más indeseables efectos secundarios de la radio y la quimioterapia y aliviando los síntomas derivados de la exposición de dichos tratamientos y de la enfermedad en sí. Así pues también está demostrado que después de una cirugía invasiva disminuye la inflamación, ayuda a aliviar el dolor, a prevenir la contracción del tejido cicatricial, acortando significativamente el tiempo de recuperación del paciente. Después y durante el tratamiento con quimioterapia, puede mejorar la función inmune de forma natural y aumentar su eficacia, protegiendo al organismo de muchas de las infecciones a las que puede estar expuesto en un momento tan vulnerable.
Entre los efectos más relevantes de la aplicación de acupuntura durante un tratamiento oncológico, según las últimas investigaciones podemos destacar los siguientes:
La acupuntura alivia los efectos secundarios de la radiación y de quimioterapia:
- Reduce la fatiga, la falta de aliento y la anemia clásicamente asociada a los tratamientos con radiación y quimioterapia.
- Aumenta significativamente el número de glóbulos blancos; refuerza la función inmune natural del organismo.
- Disminuye los síntomas como diarreas (evitando la pérdida masiva de electrolitos esenciales y evita la deshidratación), vértigos (re-poniendo el funcionamiento el sistema de orientación psicocorporal).
- También disminuye la excesiva sensibilidad al frio, la pérdida de apetito, y el sangrado excesivo.
- Evita infecciones posteriores al tratamiento quirúrgico y protege ante la toxicidad de los tratamientos oncológicos en sí (radiación y quimioterapia).
- Mejora, equilibra y restablece la función hepática que habitualmente queda dañada, fruto de la medicación tan agresiva.
- Mejora enormemente la neuropatía, o dolor crónico, tan temido entre los pacientes oncológicos.
Lo que va quedando cada vez más patente, gracias a la práctica en combinación de la Medicina Tradicional Occidental y la Acupuntura en algunos de los hospitales más prestigiosos del mundo y a las investigaciones empíricas cada vez más numerosas, es que la Acupuntura aplicada en combinación y complementariedad a la Medicina Tradicional Occidental, consiguen realizar un tratamiento cada vez más efectivo en el tratamiento y posterior recuperación en pacientes oncológicos; mejorando la efectividad del tratamiento, evitando y/o aliviando gran parte de la sintomatología secundaria asociada a dicho tratamiento y sobre todo ofreciendo una alternativa de bienestar y calidad de vida al paciente oncológico durante y después del tratamiento.
Paqui Samblás
[lista_personas 1011]
Diplomada en Medicina Tradicional China, Reiki y Chikung
Bibliografía:
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- Soler Ochoa, C (2018). La acupuntura, ¿una opción en el manejo del dolor oncológico?
- Roquet Silva, J.A. Abordaje del paciente con cáncer bajo tratamiento con quimio y radioterapia por acupuntura china.
- Lu W, Rosenthal DS (2013). Acupuncture for cancer pain and related symptoms. Curr Pain Headache Rep. 2013; 17(3):321.
- O’Regan D, Filshie J.(2010) Acupuncture and cancer. Auton Neurosci Basic Clin [Internet]. 2010;157(1–2):96–100.
- Deng G, Cassileth B. (2013) Complementary or alternative medicine in cancer caremyths and realities. Nat Rev Clin Oncol [Internet]. 2013; 10(11):656–64.
- Cohen AJ.(2005) Acupuncture: Role in Comprehensive Cancer Care–A Primer for the Oncologist and Review of the Literature. Integr Cancer Ther [Internet]. 2005;4(2):131–43.